Las pieles animales son la base para producir la mayoría de los productos de cuero que usamos. Son la materia prima esencial para las clásicas chaquetas de cuero negras que llevamos en primavera y otoño, y el elemento fundamental para fabricar zapatos resistentes y bolsos con estilo. El cuero se considera un material de lujo, especialmente cuando se aplica a accesorios como fundas de móviles y tabletas, diseños de joyería e incluso gafas de sol y sus estuches.

Las pieles de cabra y oveja son muy apreciadas por su suavidad, lo que permite trabajarlas fácilmente para crear todo tipo de accesorios. En cambio, el cuero de vaca es más resistente y adecuado para bolsos y calzado. Por su parte, la piel de caballo es ideal para productos con pelo natural (hair-on hides) y para fabricar cordones planos de cuero.

Las pieles suelen curtirse en una amplia variedad de colores, desde los tonos lisos hasta los acabados metálicos. Algunas se trenzan, otras presentan patrones decorativos, como lunares (pois), y todas pueden personalizarse según el gusto del diseñador.

Los fabricantes de zapatos y bolsos suelen comprar pieles en grandes cantidades para trabajarlas con maquinaria industrial. Pero lo cierto es que ¡también es muy fácil hacer un bolso pequeño tú mismo! El cuero se puede doblar y coser por los bordes, y con un cierre de botón a presión aplicado con una prensa de perforado, ya tienes un accesorio funcional y con estilo.

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